sábado, 24 de febrero de 2007

Me he quedado sin ideas.
Podría intentar escribir la historia de una veleta que quiere ser brújula y señalar siempre al sur. O la de una brújula que quiere ser veleta y dejarse acariciar por el aire. O la de una gallina que, enamorada del gallo de la veleta, sólo pone huevos cuando sopla el viento del noroeste...
No sé. Voy a salir a caminar. Tal vez se me ocurra algo y me indique hacia dónde ir y deje de dar vueltas.

Niñocactus

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