lunes, 7 de noviembre de 2011

Parole, parole, parole

-Bailas fenomenal –me dijo mientras mis pies pisaban los suyos por enésima vez-, y me encanta tu conversación. No eres como los demás chicos.
Intenté encontrar algunas palabras de agradecimiento pero sólo logré emitir un vergonzoso tartamudeo, similar al que me llevaba acompañando toda la noche.
-No sé –continúo-, además tu cara tiene algo especial... Tal vez esa preciosa sonrisa.
Casi de forma refleja, me llevé la mano a la boca para disimular el aparato de ortodoncia. Parecía fijarse únicamente en mis defectos y no hacía más que alabarme. Necesitaba una tregua de silencio, así que la besé.
-Te quiero –susurró antes de abrir los ojos.
Sentí que ya tenía suficientes mentiras y, recogiendo mi abrigo, salí del bar.

NiñoCactus

9 comentarios:

Rosa dijo...

No sabía que se pueden amar lo que a otros le parecen defectos?
Besos desde el aire

Citizen_0 dijo...

Tenía una gran visión, veía la verdad en las palabras... o como en este caso, las mentiras. No todo es color de rosa. Describiste muy bien la escena.

Un saludo.

Miguelángel Flores dijo...

La escena está genial, y a él parece que lo conozco; pero, me choca, ellas no suelen mentir en esas cosas. O es que él tiene mucho dinero? O es un tipo influyente? No creo, con braquers...

Elysa dijo...

La escena es muy nítida, se puede ver claramente.
Hace muy bien al irse, seguir escuchando no merece la pena...

Besitos

Eduardo Rodríguez dijo...

Bailo igual que él, piso los piés... ya quisiera yo que me dijeran eso. Que importa que sea mentira.

Anónimo dijo...

me has dejado sin palabras...!!! y pensar que uno encuentra donde no busca y sale corriendo de los bares...

Bird dijo...

Que mierda! Todos mentimos, pero que no se exceda, estoy contigo.

Víctor dijo...

Me lo había perdido. Suerte que regresé y busqué en los anteriores. Me gustó.

anis dijo...

:) ese muy yo este cuento